Hace poco, el mundo de las redes sociales sorprendió con el lanzamiento de “Instagram Stories” (historias de Instagram), el cual copia con aproximada exactitud el formato de Snapchat: videos y fotos de máximo 10 segundos que desaparecen luego de 24 horas. No es un secreto que soy fiel seguidora y admiradora de Snapchat. Me parece una red social con mucha versatilidad y autenticidad. Por eso, al ver el “fusilamiento” que hizo Instagram, me quedé anonadada (inserte aquí el emoticón con la boca abierta). No se si lo que más me impresionó fue el descaro con el que lo hicieron o la frialdad de implementar una estrategia que, más que “copiar”, pretende detener el crecimiento de Snapchat.
Veamos los hechos:
Snapchat cuenta con 313 millones de usuarios, mientras que Facebook (dueños de Instagram) ya alcanzó los 1.71 billones. Hace unos años, el imperio de Zuckerberg planificó el “estancamiento” de Twitter, implementando varias de sus ideas pioneras como los trending topics y las cuentas verificadas. Según análisis, de no haber sido por esta movida de Facebook, Twitter hubiese podido crecer más. Con esto en cuenta, sabemos que el mensaje de Facebook a sus usuarios es: “no te vayas a otra red, aquí lo tienes todo”. Ahora Instagram quiere hacerle lo mismo a Snapchat.
No nos engañemos, desde que Facebook compró Instagram, todos temíamos que acabara con la dinámica de esta plataforma e impusiera sus algoritmos a lo “Zuckerberg Style”. Y así ha sido. Pero nunca pensamos que la copia se la haría a Snapchat. Aunque debimos suponerlo, porque cuando Facebook quiso “robarse” lo mejor de Twitter, lo hizo sin ningún tipo de permiso.
Entendemos que la competencia es “sana”, pero cada red social nace con una esencia y un propósito desde el principio. Con Facebook lo vivimos, y su evolución ha sido acertada, a pesar de todos los cambios, su esencia se ha mantenido. Lo mismo con Twitter, empresa a la cual admiro, porque nunca se ha dejado aplastar, y a pesar de los pronósticos negativos ha mantenido su dinámica de origen.
Es la primera vez que una red social le roba la “esencia” a otra. Y con esto me refiero a que no había necesidad de que Instagram le robara nada a nadie, porque Instagram nació como una red única en su estilo, y lo que tenía era que seguir evolucionando dentro de su propio espacio. No necesitaba quitarle espacio a los demás. La movida de Zuckerberg para mi no fue ética. Claro, la estrategia les va a funcionar, la gente usará sin duda Instagram Stories, sobre todo porque esta red tiene muchísima más popularidad que Snapchat. O sea, que, muy probablemente, lograrán lo que querían: detener el crecimiento de Snapchat. Sin embargo, vamos a ver qué tanto calan en ese público ya cautivo de Snapchat, un público defensor y leal a la red. Un público que nació con ella, creció con ella y seguirá en ella. Porque la esencia de Snapchat está intacta y eso se valora.