Es mi frase, se la digo a José Luis siempre: no hay comida que se haga con más amor que una arepa. Y es que yo las hago con tanto cariño. Les resumiré un poco. He andado perdida porque me he mudado a un nuevo apto y febrero fue de locos. No me he dado abasto, pero ya cada día se va haciendo más liviano y he tratado de no faltar a la rutina que me hace bien. Como hacer yoga por ejemplo, e ir a la academia del método de DeRose, donde Camila y John nos invitaron a mi y a dos a venezolanas más (Vanesa y Estefania) a hacer una arepada el viernes pasado y ¡qué bien que nos la hemos pasado eh!
Ver las fotos me ha provocado escribir por aquí y retomar este hermoso hábito, porque además tengo muchísimo que contar y ya me iré poniendo al día. Lo que sí les adelanto es que se viene contenido muy distinto al que había estado escribiendo, por aquí y por mis redes.
Entre tanto les dejo con las fotos de la arepada con un pensamiento que tuve hace cuatro años: deseé para año nuevo tener muchos amigos multiculturales (de diferentes etnias y países). El viernes pasado, miré a mi alrededor y agradecí a la vida, porque mi sueño se hizo realidad y además pude darles un pedacito de mi propia cultura venezolana. Me sentí feliz y amada. Gracias por tanto. Les dejo las fotos (gracias a Camila y Estefania) y mis redes para que me sigan, por todos lados soy @amandarezendecm.